Sexualidad y fibromialgia

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sexualidad humana se define como “un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de toda la vida. Abarca el sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales” (OMS, 2006).

Por otra parte, la fibromialgia se caracteriza por un dolor muscular constante en todo el cuerpo, acompañado de fatiga crónica, cambio en el ciclo del sueño (más insomnio), problemas cognitivos (falta de concentración, etc.), depresión y ansiedad.

Una vez definidos ambos conceptos, vamos a establecer las causas y la relación que los une y a la vez los separa; es decir, vamos a ver la problemática existente entre tener fibromialgia y mantener una buena salud sexual.

Para que una persona pueda participar en un encuentro sexual, es importante que las dos dimensiones de la persona, la física y la psicológica, estén libres y dispuestas. Sin embargo, si la persona tiene en su cuerpo algún problema o dolor físico (dolor de cabeza, dolor en la pierna, malestar en el estómago, etc.), puede ser que no se sienta motivada a mantener relaciones sexuales, puesto que su prioridad es otra. De la misma manera, si tiene algún problema mental o un pensamiento recurrente, puede que no se pueda concentrar y tener dichas relaciones. Por lo tanto, es importante que la persona pueda estar preparada física y psicológicamente.

Cuando un miembro de la pareja está afectado de fibromialgia, la forma de relacionarse entre ellos y la forma de relacionarse con la sociedad puede cambiar. Es entonces cuando la persona afectada y su compañero o compañera pueden empezar a encontrarse con problemas sexuales que antes no tenían: problemas de disfunción eréctil, problemas de dolor (dispareunia), problemas de deseo bajo (deseo sexual hipo-activo) u otros problemas que pueden interferir en la dinámica de pareja. Así mismo, hay tantos tipos de fibromialgias como personas que la padecen; la sintomatología cambia mucho de una persona a otra y según épocas.

Considerando lo dicho anteriormente, existen tres puntos importantes que la persona adulta afectada por fibromialgia debería de considerar para poder mejorar su vida:

  1. El tratamiento: es importante que la persona siga un tratamiento para reducir los síntomas y molestias derivados de la enfermedad, y es también necesario para aumentar su autoestima.
  2. Comunicación con la pareja: es importante que la pareja de la persona con fibromialgia sepa escuchar, empatizar y que ambas puedan compartir inquietudes e intereses respecto a la sexualidad.
  3. Terapia de pareja: es importante tener una persona de confianza especialista en temas sexuales y de pareja, porque siempre van a poder contar con él o ella para futuras dudas, cuestiones, información, terapias puntuales, etc.

Hay que tener en cuenta que la sexualidad no es la misma, que cambia constantemente. Cuando las personas nos vamos haciendo mayores, puede ser que las relaciones sexuales se vuelvan más difíciles, por lo tanto, poder contar con un o una profesional sobre la sexualidad es importante.

Consejos para disfrutar de una buena sexualidad:

  • Da un lugar a la enfermedad en tu vida, pero que ella no sea el centro de tu vida.
  • Comparte el proceso de la enfermedad con el otro (miedos, inseguridades).
  • Comunícate constantemente. Utiliza espacios para hablar semanalmente con tu pareja, potenciando un ambiente para estar solos y hablar.
  • Haz que la pareja participe en tu manera de llevar la fibromialgia.
  • Busca un momento para la tranquilidad y la relajación, lee un libro, escucha música.
  • Practica ejercicio en la medida que puedas (caminar, natación, yoga, etc.).
  • Consulta con un o una profesional de la sexología, que sea una persona sanitaria más en tu vida. Es importante la rutina de ir al sexólogo, como lo es ir al médico o al dentista. Siempre habrá momentos de incertidumbre, y saber que tenemos un profesional cerca para poder consultarle puede ayudarnos a relajarnos un poco y trabajar estos aspectos.
  • Reeduca a tu pareja con la búsqueda de información sobre temas sexuales, que la sexualidad no sea un tema tabú en vuestras vidas.
  • Mentalízate del cambio de las relaciones sexuales a lo largo de la vida.
  • Prioriza la relación de pareja y las relaciones sexuales. Que sea algo importante en tu vida.

Respecto a tu persona:

  • Expresa tus necesidades.
  • Potencia la sensibilidad.
  • Escucha a tu propio cuerpo.
  • Dale lugar a las emociones, reconócelas y valídalas.
  • No estamos obligados u obligadas a llegar al final, el final lo pones tú.

Tanto si la persona tiene pareja como si no, para sus posibles aventuras sexuales tendrá también que hablar del tema y comunicarle a la nueva pareja lo que necesite para disfrutar de la relación sexual.

Y, ya finalizando, resumimos que la fibromialgia no es equivalente a no disfrutar del sexo. Existe un cambio real de la sexualidad y de las relaciones, pero con los apoyos necesarios se puede seguir funcionando y, sobre todo, disfrutando.

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